Triunfo del cacique en Rapa Nui
Triunfo del cacique en Rapa Nui goleada de 4 a 0

Hasta allí llegaron las autoridades locales y afuerinas, los vecinos, los personajes distinguidos y los anónimos, los viejos sabios que integran el Consejo de Ancianos y los jóvenes soñadores que vislumbran su futuro en el continente. Y también estuvieron los nuevos hinchas del fútbol, que enfundados en una polera o empuñando una bandera roja descubrieron la maravilla de compartir sana y alegremente en un estadio. Entre el primer y el último pitazo del árbitro Carlos Candía transcurrieron 90 minutos en que el tiempo pareció detenerse para ese recodo distante del mismo Chile estirado y disperso, donde las olas del mar pusieron la música ambiental y los moais se mantuvieron vigilantes desde el fondo de sus misterios milenarios. Fue una postal memorable del fútbol chileno en un momento muy significativo en su afán de conseguir la integración a través del impacto social del deporte principal.
El resultado pasa inevitablemente a segundo plano, aunque a ratos, especialmente en el primer tiempo, Isla de Pascua mostrara un tremendo coraje para equiparar –con esfuerzo y garra- una lucha desigual por las virtudes del rival. Colo Colo demoró media hora en anotar por medio de un autogol de Pérez y luego fue Bogado el que sumo el segundo y tercer tanto -32’ y 58’- a una goleada de 4-0 que selló Araos con un lanzamiento penal.
La lluvia y el viento también asomaron a presenciar la fiesta y a ratos acentuaron el colorido humano y geográfico de un encuentro inédito, enriquecido por la jerarquía reconocida del equipo profesional y la tremenda dignidad de los jóvenes rapa nui para dejar hasta la última gota de sudor en la cancha.
Antes que girara el balón frente a la tribuna de honor encabezada por la gobernadora; la alcaldesa; el presidente del fútbol chileno, Harold Mayne-Nicholls, y el subdirector de Deportes, Jaime Pizarro, los jugadores pascuenses efectuaron el hoko, su tradicional ritual, ante la respetuosa admiración de sus rivales. Y tras el partido, sólo hubo aplausos, emoción y reconocimiento. Los protagonistas de uno y otro cuadro se estrecharon en un abrazo y cientos de isleños se quedaron largo rato en la cancha intentando prolongar un momento especial. Mágico e histórico. Definitivamente inolvidable, como el día en que el fútbol acercó más a la Isla de Pascua al corazón de Chile.